Amanecer

junio 21, 2021

De pronto un día desperté en una realidad distinta a la que conocía, un lugar nuevo, una cama distinta, una almohada que no era la mía. Pero así era el amanecer. Estaba a punto de cumplir 34 años, y miraba la ciudad por la ventana, tan fría, tan impersonal y distante, pero aquí había decidido vivir, buscando el éxito, la fama, el dinero, esta era mi realidad en estos momentos.

Había decidido irme, porque no tenía nada bueno ni nuevo que aportar, estaba encerrado en un ciclo, en un círculo del que no veía salida, no sabía por qué era así, pero así era. Literalmente tenía todo, o casi todo, pero me faltaba algo importante… la inspiración.

Durante toda la vida he buscado esa inspiración, quizás pudiera sonar a algo tonto y abstracto, algo sin sentido quizás, pero era la inspiración lo único que necesitaba. Una inspiración duradera, permanente, una inspiración que no se diluyera tan pronto como apareciera. Pero ahí estaba yo, viendo la ciudad, pensando en ese pequeño detalle que le hacía falta a mi vida.

Mi inspiración siempre fue la Maga, pero no era mi Maga, era la Maga de alguien más, todavía la buscaba incesantemente, porque quería a mi Maga para toda la vida, para hacerla mi inspiración y vida, porque a final de cuentas, un escritor busca una musa, a quien escribirle y a quien decirle que el amor a través de las letras es amor que trasciende. Y más importante aún, estaba en una etapa de mi vida en la que ya no tenía tiempo para andarme con rodeos, una etapa en la que lo único que quería era ser directo, ver a los ojos a la persona que representara todo y decirle que es lo más hermoso que he visto, y que mi vida la quiero a su lado; me daba cuenta que esa etapa de buscar solo sexo, aparentemente había quedado atrás, y aunque era muy divertida, también era muy vacía, ahora quería todo, quería a mi Maga con todo lo que implicaba, con todo lo que era, una Maga completa, una Maga llena de amor.

Siempre he creído que la magia surge en el momento menos esperado y de las fuentes menos pensadas, porque así es la magia, nos toma por sorpresa, nos enseña su potencial y depende de nosotros tomarlo o no, que difícil decisión, pero la magia es así, así es su naturaleza, nos da a probar una parte de todo lo que genera, nos tienta, nos engancha y nos acerca a lo que puede ser y suceder. Pero, a veces lo que pensamos que es magia, no lo es, a veces solo es nuestra ansiedad de encontrar magia, a veces solo son nuestras ganas de decir que la hemos encontrado, a veces solo ha sido mi deseo de hacerme uno con alguien y que perdure para la eternidad, a veces, he confundido algo más con magia.


Dando un sorbo al café, me doy cuenta que me quedé absorto viendo la ciudad, y que comienzo a dudar sobre dónde está la magia… de nuevo esa palabra, de nuevo esa obsesión, de nuevo la Maga, mi Maga que no encuentro por ningún lugar. Dando vueltas sobre lo mismo, una y otra vez, solo hay algo seguro, siento la magia cerca.

Decidí renunciar a todo por buscar algo que es más importante para mi que todo lo demás. Decidí renunciar a todo por una musa, decidí renunciar a todo por el amor, así de sencillo. Porque el amor mueve todo, el amor mueve al mundo, y siempre lo he dicho, el amor mueve a mi mundo, y teniendo eso en cuenta, siempre busco el amor, y lo encuentro en muchas partes, pero quiero el amor más sublime, el amor más real y poderoso, el amor que se eleva al infinito, se extiende, se hace eterno y hace eterno a quien lo siente, el amor de un beso, una caricia, una mirada, un pensamiento, el amor en el sexo, en esa unión sagrada, en esa unión con amor que invade a las personas y las hace ser uno, esa clase de amor.

Sé que cuando comienzo a escribir, la magia está ahí, se que cuando los sentimientos estallan en mi corazón y los pensamientos en mi cabeza, porque así soy, no lo puedo evitar y tampoco es como que lo quiera evitar, lo tengo que hacer y decir porque así lo quiere mi ser, en esos momentos, sé que ahí está la magia.

Palabras… simples palabras que representan más de lo que dejan ver… palabras, que son el inicio de una revolución interior, palabras que me acercan a la magia de una Maga, de una Maga que me vibra, de una Maga que me hace los días bonitos, de una Maga que no sabe que es una Maga, todavía, pero que lo está siendo desde el momento en que se metió en mis sueños. Palabras, que no son solo palabras, palabras que se van convirtiendo poco a poco en acciones. Palabras que poco a poco se van haciendo realidad.

Otra taza de café, otros minutos que han pasado, y la ciudad ahí cómo si nada. La ciudad ahí sin más, ajena a mis pensamientos, a mis palabras y a mi tiempo.

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